Cobijo mi cuerpo
Con los restos de
sabana
Que se escapan de tu
silueta,
Me estremezco;
La humedad aun divaga
por mi entrepierna,
Tus recuerdos, mis anhelos.
Acaricio mis manos,
Mis hombros, mi
cuello
Y una sonrisa se
presenta en mi cara,
Que inmenso placer
El poder observarte
Luego de haber
desaparecido juntos
De haber viajado
De haber no
estado.
Estiro el cuerpo
Relajo los músculos
Lista para cerrar mis
ojos y adentrarme en el descanso cotidiano
Para alimentar el
cuerpo
Luego de haber
saciado los impulsos
Con nuestras manos,
Con nuestras voces
Y con nuestros
labios.
G. H Kame
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