Mientras
el espacio entre tu boca y la mía Se alargaba, en aquel momento exacto en el
que tu ombligo dejo de ser mi punto de arranque y se convirtió en la ventana de
mis estallidos, en la puerta de mis malestares y en el eje de mis males.
Eje
que me definió y me define…eje que me condena a seguirte, a esperarte, a
desearte sin mas remedio que la ansiedad, sin más solución que la agonía, sin mas anhelo que
vos.
Vos
en tu plenitud, en tu esencia, y sin ella. Vos que sin decir nada desarmas una
historia…tu boca…trampa, a veces mortal, mi cuerpo que camina desde la
redención hacia el final de tu final…cayendo los dos, sin realmente llegar a
caer, sin realmente llegar a golpear nuestros cráneos, pero cayendo al fin.
Y
en los inicios también caemos, y nos derrumbamos, nos embarramos y en los
recesos buscamos como limpiarnos, nos cegamos y nos dejamos cegar…nos
invertimos y nos convertimos….nos descubrimos y nos perdemos.
Por
las noches el tiempo se detiene y sin más la silueta de la que tanto hablo, a
la que tanto pienso, se concretiza. La habitación se amplía y la esquina
derecha de la cama es perfecta para una reunión…en el caos, en la
desintoxicación…en tus manos, en mi imaginación.
La pata de la cama se quebró pero seguimos en
el rebane.
KAME 2012