No hay puerta que no haya
tocado
Que no me haya hecho sentir
el calor
De los puños,
En ese momento en que se
cansan de estar tocando
De estar golpeando
De estar llamando.
No hay manos que haya tocado
Que no me hayan hecho sentir
la pasión
Y el odio
La alegría y el llanto
Que se mezcla en la cercanía
y en el caos
De cuerpos programados a
esperas de un Formatear.
No he conocido cuerpo
habitado
Que no me haya mostrado
Las heridas y el espanto
De las herencias sin rostro
Pero con voces profundas
Y con sirenas de luchas,
Que socavan el mundo
interior
La mirada perdida
Y el silencio atroz
De nuestras memorias
De nuestros propios espantos
De nuestras propias huellas
borradas
Por asunto de reducción.
Kame abril 2012
Dibujo: Gabriela Montiel